Daniel Pérez, experto en el sector energético y recientemente nombrado director general de L’Energètica, la eléctrica pública en Cataluña, expuso el panorama energético actual y las posibilidades reales y de éxito de la transición energética en su ponencia durante la jornada “Los Municipios ante la transición energética: una apuesta decidida y firme” organizada por la Amep y el Ayuntamiento de Barcelona.
Las razones del colapso energético
Pérez empezó su explicación poniendo sobre la mesa el por qué de una situación de emergencia energética actual, con un mercado de precios muy elevado. Entre los ingredientes para esta receta explosiva contó tres problemas:
En primer lugar, una energía muy cara, basada en el aumento del precio del gas -que ha pasado de 14 €/vatio hasta 300 euros el vatio en verano del 2022, con el consiguiente tope a 180 € que impuso la Unión Europea, lo que demuestra que “al menos en parte, esta subida de precio era especulativa”; en menor subida, el precio del petróleo, en parte por los derechos por la contaminación que genera; la subida del carbón; el fallo de la energía nuclear francesa -donde, de 56 centrales nucleares, 32 han sido paradas el pasado verano por mal funcionamiento, lo que ha obligado a Francia a no poder vender; y finalmente, ha sumado la falta de lluvia, que ha generado una producción hidroeléctrica muy baja.
El director de la eléctrica pública en Cataluña ha recordado como todos estos factores han “resultado en un precio de la energía disparado, lo que ha sido un drama para las empresas y para las personas consumidoras, en un 2022 donde el precio mínimo de la energía de marzo era el precio máximo histórico récord en España”. Aun así, ha querido resaltar la Excepción Ibérica: “una buena idea que hizo capar el precio de mercado y que ha generado que el 2022 se relajara”.
La segunda razón del colapso energético es contar con una energía muy sucia: el experto energético recordó la vinculación entre el modelo energético actual y la emergencia climática, puesto que gran parte del calentamiento global es generado por la energía y su modelo de producción actual.
Y el tercer problema es la dependencia energética. Actualmente, en nuestro territorio se compra de Catar, de Rusia, o de Azerbaiyán -el último tratado que se ha firmado- “megavatios comprados directamente a dictaduras, con los problemas que posteriormente esto puede suponer”.
La transición energética sí que es posible
“Tenemos dos fuentes de energía, la eólica y la solar, que son más baratas, más limpias y que, una gran parte, las podemos hacer en casa”, aseguró Pérez. El nuevo director general de la eléctrica pública citó el Informe de Lazard para constatar como las dos energías renovables son más baratas que las convencionales, en casi un 50%. También citó el último informe del Intercontinental Panel of Climate Change, para recordar que “solo con la eólica y la solar, se reduciría en un 20% las emisiones al planeta”.
Ante la cuestión de si podemos ser 100% renovables, Pérez aseguró que actualmente solo tenemos un 18% de energías renovables, contando la biomasa y la energía hidráulica, por eso no hay que obsesionarse por el 100%, sino que la cuestión es «pensar en el 0,1% siguiente», teniendo en cuenta además, que “dentro de 30 años seguramente habrá nuevas tecnologías que nos permitirán descarbonizar nuevos sectores. No tenemos que entrar en el colapsismo ni en la parálisis” pidió.
5 propuestas de cambio para una transición energética de éxito
Para llevar a cabo este incremento en las energías renovables, el experto propuso:
- Menos consumo, ahorro y eficiencia. Citando el Informe Proencat, el experto pidió reducir el consumo total y la intensidad de energía, a través de reducir el uso de petróleo y gas y aumentando el uso de energía eléctrica, porque es la que hoy descarboniza.
- Más renovables: Daniel Pérez exigió el hecho de generar energía renovable más rápidamente, una indicación que también propone el Proencat.
- Tecnología ante los retos climáticos: A la pregunta “¿Qué hacemos con la falta de viento o sol?” el experto propuso soluciones, como embalses que funcionen como central de bombeo, el uso de baterías a empresas y hogares, o nuevas tecnologías que conseguirán guardar la electricidad en diferentes maneras.
- Electrificación: Pérez reclamó electrificar los consumos no eléctricos como por ejemplo el transporte (generando autopistas ferroviarias para el transporte de mercancías y hacer una apuesta por el tren y por el vehículo eléctrico), los consumos térmicos (usando, por ejemplo, la aerotermia), y la industria (donde se puede empezar a trabajar en sectores más fáciles, como podría ser la industria alimentaria).
- Hidrógeno y otros gases: El experto citó el hidrógeno como una apuesta de futuro: “si se hace verde, porque es electrificación verde”. Pérez matizó que cree que el uso de gases como el hidrógeno, el metanol o lo biogás todavía es una vía en desarrollo, pero que, seguramente, acabaremos utilizando.
El nuevo director general de la eléctrica pública en Cataluña quiso acabar su ponencia con dos preguntas finales. A la primera, sobre si “hay suficientes materiales para hacer la transición energética”, Pérez recordó que dudas como si hay o no reservas suficientes de litio para almacenar energía, ya se han resuelto, en este caso, porque las reservas de litio se han duplicado en 4 años, porque se han descubierto nuevos yacimientos. Y a la segunda pregunta, sobre si “hay suficiente terreno para instalar centros de producción solar y eólica”, Pérez explicó que “para hacer los 32.000 megavatios sobre terreno el 2030 que necesitamos, necesitaremos 64.000 hectáreas. Solo lo que se ha perdido de forma natural en antiguos campos agrícolas son 95.000 hectáreas. Por lo tanto, lo que no tenemos son excusas”.